Resulta que un barco naufraga, y se salvan solamente ocho personas: Siete hombres y una mujer, quienes logran llegar a una isla de esas que vienen a cuento en estos casos.
No les toma mucho tiempo recorrer la isla y descubrir que su subsistencia está asegurada. Hay muchos animalitos chiquititos que pueden comer, ningún animalito grandote que se los pueda comer a ellos, y así se instalan y van viviendo de lo que la naturaleza les da.
Pasa el tiempo, y los ocho se van dando cuenta de que les falta algo. Después de buscar una solución concluyen que lo mejor va a ser que los tipos se acuesten con la mujer por turno, pasando una noche cada uno, de forma tal que la mujer tiene sexo todos los días, y los tipos una vez por semana. Muy contentos con la solución, siguen sus vidas, y así pasa un mes, dos meses, un año, dos, tres, cuatro años, hasta que un día, repentinamente, la mujer se muere.
Esto los apena mucho a los siete tipos, pero como son gente corajuda y que habían podido sobrevivir a tantas desgracias, resuelven que la vida continua y se toman las cosas con calma.
Así pasa un mes. El segundo mes sienten que ya no es lo mismo que antes, pero siguen adelante. Al tercer mes están un poco mas inquietos y les cuesta actuar como si nada hubiese pasado, pero son fieles a si mismos y enfrentan las cosas con la misma determinación que los mantuvo vivos. Al cuarto mes ya no aguantan mas. Entonces, se ponen de acuerdo y deciden enterrarla.
Pedro había estado bebiendo casi todo el día en el boliche, cuando el mozo le dijo que ya era hora de cerrar, trató de levantarse, pero se cayó de cara al suelo, probó nuevamente, pero el resultado fue el mismo. Entonces decidió arrastrarse hasta la vereda, respirar un poco de aire fresco, con la esperanza que después de unos minutos se le pasara un poco la curda.
Esperó un poco y trató de levantarse, ésta vez se dio un golpe bárbaro, entonces decide de arrastrarse hasta su casa, que estaba solamente a unos doscientos metros del boliche, cuando llega a la casa, completamente cansado, trata nuevamente de levantarse, pero el resultado fue siempre el mismo, se volvió a caer de cara al suelo.
Entra a la casa, se arrastra hasta el dormitorio, y cuando llega al borde de la cama, trata por última vez de levantarse, esta vuelta consigue casi ponerse en pié, pero se cae de cara en la cama y queda completamente dormido. A la mañana siguiente se despierta con los gritos de la mujer, recriminándole que había estado tomando nuevamente, a lo cual él pone una cara de inocente y le pregunta por que piensa eso.
Ella le responde:
- Porque llamaron del boliche diciendo que otra vez te olvidaste la silla de ruedas!
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